Entrar en la autovía

¿Sabes esas veces en las que inevitablemente entras en la autovía con la ventanilla bajada y de repente sientes como el aire te golpea la cara de una forma distinta a la que lo había hecho hasta ahora?
Pasa igual a veces con la vida. De repente eres tu rozando viento, arañando brisa e incluso echando de menos que la corriente te empuje en dirección correcta. Teniendo la excusa perfecta de culparla si no era ese camino el que realmente querías.
Y luego de repente, sin esperarlo, entras en la autovía.
Sogni


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